La recomendación aparece en el informe anual de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre Estados Unidos y China, publicado el 18 de noviembre. La comisión, un organismo independiente creado por el Congreso en 2000, asesora a los legisladores sobre las implicaciones para la seguridad nacional de las relaciones económicas y comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Con estas leyes en vigor, Hong Kong está ahora sujeto al mismo nivel de represión contra la libertad de expresión y reunión que el continente gobernado por el régimen comunista, dijo la comisión.
«China ha incumplido por completo su promesa de preservar un grado significativo de autonomía para Hong Kong bajo ‘Un país, dos sistemas’, dejando los restos del Estado de derecho y la independencia judicial como un fino barniz», escribió en el informe.
Económicamente, señala el informe, Hong Kong se ha vuelto más dependiente de China continental y está cada vez más alineado con las prioridades de Beijing. La ciudad incluso está empezando a mostrar algunas de las tensiones económicas propias de China, incluido el débil gasto de los consumidores y una prolongada caída del mercado inmobiliario.
Al mismo tiempo, los sectores profesional y financiero de Hong Kong están teniendo una presencia cada vez mayor de empresas del continente, a medida que las empresas extranjeras reducen sus operaciones. La fuerza laboral de la ciudad también ha cambiado: más del 90 por ciento de los solicitantes bajo el programa de visas High Expertise de Hong Kong ahora provienen de China continental, y muchos buscan un camino hacia la residencia permanente.
A pesar de sus esfuerzos por integrar plenamente a Hong Kong, China continúa promoviendo la imagen de la ciudad como un centro financiero autónomo y diferenciado. Pero la intervención de Beijing este año en la venta en curso de los activos portuarios de CK Hutchison Holdings muestra cuán profundamente los intereses chinos moldean ahora la esfera comercial de Hong Kong, según el informe.
Para las empresas estadounidenses que operan en Hong Kong, dijo la comisión, esto debería servir como una advertencia de hasta qué punto Beijing llegaría para interferir en las decisiones comerciales de las empresas privadas con sede en la ciudad cuando sus prioridades estratégicas están en juego.
«Si bien estas acciones han afectado principalmente a las empresas nacionales de Hong Kong hasta la fecha, las empresas extranjeras que operan en Hong Kong deben tener cuidado de confiar en Hong Kong como una jurisdicción comercial independiente con la protección del Estado de derecho», advirtió.
Codificar estas medidas, dijo la comisión, evitaría que futuras administraciones las revoquen sin la aprobación del Congreso.
La comisión también recomendó que, dado el creciente papel de Hong Kong como centro para la evasión de sanciones que beneficia a Rusia, Irán y Corea del Norte, el Congreso debería exigir a Hong Kong que cumpla con las sanciones estadounidenses para mantener su estatus como centro extraterritorial de compensación de dólares estadounidenses. Además, pidió sanciones secundarias a las instituciones financieras chinas y de Hong Kong que faciliten transacciones ilícitas, así como la creación de un grupo de trabajo interinstitucional permanente para interrumpir las redes de evasión que operan en la ciudad.
«El (gobierno de Hong Kong) salvaguarda firmemente la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo, y cumple complete y fielmente con esta máxima prioridad del principio ‘Un país, dos sistemas'», dijo, reiterando la retórica oficial estándar.
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